Ha llegado el día, ese en que se revuelven las tripas, comienzan los sudores fríos, los mareos, las hiperventilaciones para miles de jóvenes en España. Es el día del examen MIR. Parece que fue ayer cuando me encontraba rellenando aquel interminable formulario de preguntas, atemorizada por la idea de cómo podría ir al servicio si me orinaba a lo largo de las 5 largas horas que duraba el test. Luego nada fue tan terrible como lo pintaba mi cabeza, y salí del examen con mejor sensación que de los malignos "simulacros" que había ido haciendo meses antes.
Así pues, queridos Mireros, no os agobiéis, que todo irá bien. Además debo deciros que el examen no es lo peor... pero eso es otro capítulo.
¡¡¡¡MUCHA, MUCHA SUERTE!!!!
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