miércoles, 4 de marzo de 2009

Carnaval de Tenerife 2009

Este año, aprovechando que el examen MIR me dejó como regalo cuatro meses de bendita paz y vacaciones, he decidido disfrutar del carnaval a lo grande por una vez en mi vida.

Las fechas para celebrar el carnaval no son buenas, al menos para los jóvenes estudiantes. El mes de febrero, con los exámenes y las clases y el frío de la península, dificultan disfrutarlo plenamente. Por un motivo u otro, nunca tuve la oportunidad o la compañía para poder disfrazarme a gusto, y año tras año he ido dejando pasar estas fechas. Pero este año no sólo me he disfrazado de vampiresa en mi ciudad, sino que también me he ido al Carnaval de Tenerife, y es precisamente de este viaje de lo que hablaré en los sucesivos post del blog.

No puedo decir que haya asistido plenamente al carnaval tinerfeño, porque las fechas que cogí de viaje no fueron las óptimas. Llegué el día 24 de noche al sur de Tenerife, donde me alojaba, y el Martes de Carnaval me perdí las carrozas que hubo por la tarde en Santa Cruz (que está a unos 80 km del lugar donde yo estaba). La noche del Martes, para mi sorpresa, no hubo ni un alma por las calles de Santa Cruz, con lo cual no me disfracé ese día, sino el sábado siguiente.

En la península el último día de Carnaval finaliza con el entierro de la Sardina en la tarde del Miércoles de Ceniza. En Tenerife eso es así también, pero las fiestas se prolongan hasta el sábado siguiente, llamado Sábado de Piñata. En ese día tienen lugar los desfiles de disfraces infantiles, y por la noche sale todo el mundo disfrazado, y fué precisamente ese sábado en el que me disfracé yo.

Mi disfraz

Después de mi disfraz vampírico en mi ciudad, me vestí de "La Muerte" con una túnica muy chula y una guadaña de plástico. Me pinté la cara lo más artísticamente que pude y añadí al conjunto unos pendientes de creación propia: un murciélago y una araña hechos con papel albal sobre unos pendientes viejos que ya no usaba.

La fiesta nocturna

Sólo se puede decir una palabra del carnaval por la noche: CAOS. Una ingente cantidad de personas disfrazadas, la mayoría borrachas, música de todo tipo, garitos montados en la calle para beber aún más... había que ir con mil ojos para no perderse entre la multitud que te arrastraba.

Lo peor, los urinarios públicos. Había cientos de ellos dispersos por la ciudad, pero eran un auténtico asco. Eran casetas de plástico llenas de orina (y lo que no era orina) y sin agua, que apestaban, y que de tocarlas podrían transmitirte 15 enfermedades venéreas de golpe.

Los hombres lo tenían más fácil. Por donde quiera que uno fuese se encontraba hileras de hombres meando en las paredes, en los portales, en las plazas, junto a los coches... alguno incluso aprovechaba la situación para practicar un poco de exhibicionismo.

De ese modo, la capital tinerfeña quedaba impregnada de un intenso y nauseabundo olor a meado que sólo se hacía soportable con una buena dosis de alcohol en sangre. El problema es que a mi el alcohol me provoca ganas de orinar cada dos por tres, y ante tal panorama preferí no beber y aguantarme las ganas el mayor tiempo posible.

La música no fue del todo mala, porque había distintos garitos con músicas diferentes, y te acoplabas al que más te gustaba.

Lo que sí noté fue una importante presencia policial. Había maderos por todas partes, aunque aquello era casi de agradecer, porque se montan peleas y trifulcas con mucha facilidad.

Por lo que me contó una de mis amigas, que reside allí y conoce el carnaval mejor que yo, el ambiente y la gente no fueron los de siempre. Otros años, al parecer, la gente es más abierta y en seguida te sacan a bailar por las calles. Sin embargo esta vez vi que todos iban muy 'a su bola'. De todos modos, como no tengo referencias para comparar, no puedo pronunciarme al respecto.

Me divertí mucho contemplando los disfraces de la gente, algunos realmente elaborados, otros realmente graciosos. Este año la temática general era el Terror, pero luego la gente se viste de lo que quiere, y se ven disfraces de todo tipo.

Los desfiles

No vi demasiados desfiles por lo que comenté antes. Sólo pude ver el desfile infantil el sábado por la tarde, que aun así no me decepcionó. Los disfraces eran impresionantes.

Mi conclusión del evento: está bien para verlo una vez, pero puede llegar a ser agobiante. Aun así, me divertí mucho.

1 comentario:

  1. Darky, ¿sabes qué? Yo estaba justo enfrente tuyo, al otro lado de esa calle que fotografías en la cabalgata. Increíble, pero cierto.

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Gracias por tu mensaje. Siempre me hace ilusión saber que alguna persona, en algún lugar, se siente interesada por algo de lo que aquí escribo.