Otro de los destinos obligados en mi viaje a Tenerife fue el Teide. No me sentí decepcionada, el paisaje es pura naturaleza, aunque en algunos momentos parecía que uno se estuviese sumergiendo en las profundidades del Averno.
Para llegar al Teide hay que recorrer una carretera serpenteante que, en días nublados, se sumerge en una densa cortina de nubes oscuras. A mi no me sucedió, pero me han contado que a veces puede atravesarse un tramo de carretera en la que no se puede ver nada de la niebla que hay, y que una vez atravesado ese banco de niebla, se llega a una zona más alta donde luce el sol de nuevo.
De camino al Teide
Antes de llegar a los Roques de García, donde hay un mirador para hacer fotos y contemplar el paisaje, las carreteras se ven rodeadas de parajes inhóspitos, llenos de las llamadas 'lavas negras', residuos de la última erupción volcánica, que, según los cartelitos que había puestos por allí, fue en 1798.
Lavas Negras
En este mirador del que hablo se encuentra la clásica imagen del 'dedo de Dios' (cuyo nombre real al parecer es el Roque Cinchado), el penacho rocoso que aparecía en los billetes de 1000 pesetas de entonces. Al parecer era un clásico acercarse a esa zona e intentar hacer una fotografía igual a la imagen que aparece en el billete.
Los Roques de García
El dedo de Dios, y el pico del Teide
La punta del Teide no la pude fotografiar bien, porque había algunas nubes, pero algo se puede intuir en las imágenes que pongo.
Pico del Teide
Los paisajes alrededor del Teide son escasos en vegetación, como es lógico, y en algunas zonas casi se confunden con la superficie del planeta Marte.
La Catedral es un bloque de roca que se formó a partir de una chimenea del volcán, donde el magma fue ascendiendo y solidificándose lentamente. La contracción posterior de las rocas creó fisuras con forma de prisma. Con el tiempo, la erosión fué destruyendo el volcán circundante, dejando la resistente roca de la chimenea sobresaliendo en el paisaje.
Paisaje del Teide, muy 'marciano'
La catedral
La altura del Teide es de 3718 metros sobre el nivel del mar, y se ubica en el Parque Nacional de las Cañadas del Teide, en Tenerife. En 2007 fue considerado patrimonio de la humanidad por la Unesco, siendo el pico más alto de España, y el tercer volcán mayor de la tierra, después de el Mauna Loa y el Mauna Kea, ambos en la isla de Hawaii.
Para los aborígenes guanches este volcán era sagrado y recibía el nombre de Echeyde (que después de una castellanización, derivó en el nombre actual) que significaba infierno.
En el mismo Teide se encuentra el Refugio de Montaña de Altavista y un teleférico (que aparece en la foto) que asciende desde su falda -a unos 2350m- hasta La Rambleta, a unos 3555m, en muy pocos minutos. A partir de ahí, el ascenso a pie hasta la cima está prohibido, aunque se puede obtener un permiso especial en las oficinas del Parque Nacional en Santa Cruz de Tenerife. Según he leído en otros sitios, sí está permitido el ascenso a la cima a pie si se hace desde la base. Para los interesados en el senderismo, existen varias rutas para hacer a pie.
Teleférico
Me gustó mucho visitarlo; la pena es que el teleférico estaba cerrado (al parecer sólo abre en ciertas épocas del año, y las colas deben ser descomunales). Como anécdota paralela y un poco triste, debo decir que por el camino nos encontramos dos perros abandonados. A mi madre y a mi, que tenemos debilidad por los perritos, se nos partió el corazón y tratamos de recoger a uno de ellos, que vagaba por la carretera principal con una vieja cuerda atada al cuello. Sin embargo el animal desconfiaba y huyó corriendo, así que no pudimos hacer nada. ¡Pobrecito! Según me contó mi amiga, es frecuente que la gente abandone perros en esa zona, algo que me pareció deleznable. Espero que haya buena vigilancia por esas zonas y esos animalitos tengan mejor suerte que haber pertenecido a esos desconsiderados dueños.
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