Hay pequeños momentos en los que, por suerte, uno puede recordar por qué se empeñó tanto en estudiar medicina. El otro día tuve ocasión de vivir uno de ellos.
Se trataba de un paciente oncológico, con cáncer digestivo y metástasis hepáticas en tratamiento quimioterápico, que acudía a urgencias por fiebre de cuatro días. Un hombre sereno y amable, que en cuanto comencé a historiar lo primero que me preguntó fue: ¿Cómo te llamas?. Le di mi nombre, y proseguí con el interrogatorio y la exploración.
Y creo que fue entre el reflejo rotuliano y el babinsky cuando comentó, escondido bajo aquella mascarilla que le ocultaba prácticamente toda la cara: "Vanessa, tú eres una médico vocacional". No era una pregunta, era una afirmación. Y a mi me recorrió un escalofrío por la espina dorsal. De emoción.
Le estuve contando que siempre había querido ser médico, desde niña, y el hombre asentía, con una tranquilidad pasmosa y envidiable.
- Tengo buenas noticias para usted, Luis (el nombre es ficticio): No tiene neutropenia, así que puede quitarse la mascarilla. Pero hay que seguir investigando el por qué de su fiebre.
Le estuve explicando el significado de todo aquello, y el resto de pasos a seguir en su estancia por urgencias. Tanto él como su hija, que estuvo a su lado en todo momento, me miraban y asentían con gesto agradecido. Y yo al fin sentí eso por lo que llevo tantos años estudiando: sentí que era médico. Pude ver que sus ojos se humedecían (imagino que emocionado por saber que todavía no había llegado su hora). Lo que ya no sé es si él pudo darse cuenta de que los míos también comenzaban a brillar, y que por ello me excusé aludiendo que tenía otros pacientes que ver.
Al final del día se llevaron a mi fascinante paciente para la sala de observación. No pude evitar acercarme para despedirme de él y desearle que todo fuera bien. Sus últimas palabras fueron acompañadas de un apretón de manos: "Ha sido un placer conocerte, Vanessa".
Y qué duda cabe que el placer había sido mutuo.
A lo largo de la carrera vamos adquiriendo los fundamentos técnicos de la medicina, pero para ser un verdadero profesional es imprescindible no perder de vista la dimensión humana del paciente, tratarle con respeto y dignidad. Para ciertas personas esto supone un hecho natural, intuitivo, a otras les lleva un largo proceso de aprendizaje emocional, lo importante es llegar a este punto. Enhorabuena Vanessa
ResponderEliminarHola Vanessa: Me alegro de conocer tu nombre. Hoy en mi pueblo cuando empezaba la jornada, a eso de las 8.45 la administrativa me ha pasado la llamada urgente de una de las hijas de Carmen. Carmen tiene un cáncer de endometrio en estadio IV con una metástasis cervical de gran tamaño. Se habían asustado porque había perdido la conciencia y tenía estertores.
ResponderEliminarMe he aplicado como médico poniéndole dexametasona y buscapina sc. Y luego he tenido que volver a aplicarme como persona para explicar a 7 personas (incluído el marido de Carmen) que lo que ocurría es que estaba agonizando. Probablemente mañana Carmen haya fallecido. Y nuevamente tendré que aplicarme como médico y como persona para explicarles qué es un duelo y cómo llevarlo. Que Dios les ayude. Y a él le doy gracias por poder vivir experiencias como éstas.
Un abrazo y enhorabuena por ser médico y persona.
Cuando te pasas 24 horas al dia acompañando a un familiar durante mas de 5 años en un hospital, te das cuenta que el trato humano es tan importante como el profesional, yo he hecho grandes amistades gracias a gente como tu que siempre me dio animos cuando más lo necesite y siempre tenian 1 minuto para cualquier duda o charla sin importancia, yo comparti "guardias interminables" con médicos y enfermeras, Navidades, Fines de semana y demás, y después de tanto tiempo te das cuanta quienes han estudiado por vocación y quienes no.Un error médico llevo a mi familia a esa situación y sentia cierto rechazo a toda la profesión, pero conocer gente así ha cambiado mi punto de vista.
ResponderEliminarVanessa,
ResponderEliminarTrabajar es positivo.
Hacer bien tu trabajo es aún mejor.
Y hacerlo con cariño, con amor, con respeto, con todas esas cosas; es perfecto.
Sigue así, te lo dice un paciente.
Pip
Sabes? Hoy ha caído la gran ostia de Neuroanatomía. La presión del 8 se me da mal. Y tengo ganas de mandar todo a la mierda, y miedo de suspender el resto que me quedan. Leer cosas como esta...no sabes el valor que tiene.
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