domingo, 15 de enero de 2012

Qué escribir

Últimamente me doy cuenta de que no tiene ningún sentido escribir sobre cosas que suceden, rutinas, banalidades, explicaciones lógicas a hechos previsibles. No tiene sentido relatar una vida como si fuese una novela, porque pocas vidas tienen tanto interés.

Me decanto más hacia lo ambiguo, el devenir perezoso, cauteloso, esquivo y errático del cerebro en su estado de descomposición. El dejar salir lo peor y lo mejor en una mezcla indistinguible, y que como mucho produce un sonido raro al ser leído, o quizás escepticismo.

Es incluso mejor cuando lo que se dice comienza a perder el sentido, y ya sólo es la réplica de un sueño.

¿Voy en decadencia?

1 comentario:

Gracias por tu mensaje. Siempre me hace ilusión saber que alguna persona, en algún lugar, se siente interesada por algo de lo que aquí escribo.