Dedicatoria de Ma, mi Ma, mi Manuel Ángel de la guardia particular que todos los días hace el mayor esfuerzo por seguir hacia delante, y a pesar de ello, aún le quedan fuerzas para aguantarme y quererme. Gracias.
Umbria para el atlante y la fatiga del buceador oceanico
La antesala de la ausencia #8
apenas le oia,
el esfuerzo era grande,
hablo:
quedate con mis manos.
manda que las corten,
tras mi muerte,
y coselas a tu cintura.
pero que dices, loco !
escuchame:
detesto mi oido,
que es preciso y canalla,
detesto mi vista,
que es dada a detectar faltas,
detesto mis palabras,
que son circulares y angustiadas,
detesto mi mente,
que es incandescente apagada,
y detesto mi vida,
porque hoy te hace desgraciada.
pero bendigo mis manos,
que aun aprecian calladas,
el fantastico tacto…tumbada,
de tu cuerpo gordo junto a mi,
en la ultima cama.
lo comprendes ahora,verdad ?.
ya no le oigo,
el esfuerzo ninguno,
callo.
y yo,
paseos a cuatro manos.
Una poesía muy culta, con mucha enjundia.
ResponderEliminarAbrazo
no creo ni qeu sea una poesia, pero eso queda en duda.
ResponderEliminarlo que es indudable es que el tiempo presente de la dedicatoria no se corresponde con la realidad.
nos hemos llevado bien, mal, bien , mal, bien, mal...y ahora, no nos llevamos.
no crees que conservar todo eso en presente es faltar a la verdad?. te importa la verdad?.
no me enfada, no. es mi obligacion moral seguir siempre indagando en la verdad. o una puta mania, no lo se.
chao
ma
pero esto si qeu podias quitarlo.
ResponderEliminaresta reformada, es mejor qeu antes y en fin.
bah, mira
ya esta.
chao