viernes, 29 de octubre de 2010

La hoja del cuchillo

Él gritaba.

Pero yo no le oía.

Me encontraba absorta en mi mundo de sangre y lágrimas. En esa nube oscilante que precede a la visión borrosa, al mareo intenso, a la náusea contenida, y que apaga lentamente el dolor de la herida por la que se escapa la vida roja.

La hoja del cuchillo reflejaba más miedo en su cara que en la mía.

Él seguía gritando.

Yo ya no estaba.

1 comentario:

Gracias por tu mensaje. Siempre me hace ilusión saber que alguna persona, en algún lugar, se siente interesada por algo de lo que aquí escribo.